Era Imposible Que Ese Vestido Estuviera En Una Tienda De Segunda Mano

Era Completamente Imposible

Finalmente, la madre de Shannon comenzó a creer aquella historia surrealista que le estaba contando su hija, además tenía delante el vestido con la etiqueta y el mensaje escrito en ella. Sería una broma de muy mal gusto si Shannon se lo hubiera inventado todo. No, tenía que ser verdad. Y mientras más asumía que todo era cierto, más se desencajaba la expresión de su cara que parecía que se había quedado totalmente conmocionada.

¿Qué Ponía En La Etiqueta?

Las dos mujeres estaban completamente absortas mirando el vestido y la etiqueta, pero ¿qué ponía realmente en ella? Pues más bien no era un mensaje sino un nombre en concreto, un nombre de persona, en la etiqueta estaba escrito con rotulador permanente “Kamei”. Sin duda era el nombre de la propietaria de ese vestido. El nombre estaba escrito muchos años atrás y la tinta se podía ver algo deteriorada pero el nombre se leía a la perfección.