Las Respuestas
Al tener la foto entre sus manos y mirar el vestido, ambas mujeres se dieron cuenta de que era real, era el mismo vestido. De pronto las dos sintieron un sentimiento muy grande recorriendo su cuerpo y empezaron a llorar madre e hija. Pero no lloraban de pena, era de felicidad, lloraban por la maravillosa casualidad que había traído de vuelta ese vestido a la familia y lo que significaba para ellas.
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Conexiones Familiares
Era precioso, era una maravillosa casualidad que se le había presentado por delante a Shannon, o quizás no fuera casualidad y esto estaba pasando por algún motivo trascendental. Shannon estaba segura de que no era casualidad, no podía serlo, y es que el vestido era de su bisabuela Kamei que murió con 108 años y a la que nunca llegó a conocer. Solo sabía su nombre, pero el vestido le resultó familiar y especial desde el momento en que lo vio en la tienda.
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